Unas de las notas más positivas de entre las muchas que adornan nuestra comunidad diocesana es la fervorosa devoción a la Santísima Virgen María que puede observarse en todas las parroquias, comunidades religiosas y hermandades y asociaciones de fieles y en los fieles cristianos en general. Esta devoción se muestra de muchas maneras y de forma muy concreta en la veneración con que son celebradas las fiestas marianas y de la que se rodean sus sagradas imágenes, exponentes de amor y fervor marianos que sale con toda sinceridad del corazón del pueblo de Dios. María, la madre del Señor, concebida sin pecado original, virgen perpetua, llena de gracia y toda santa, asunta al cielo en cuerpo y alma, es celebrada por todos como Madre y como Reina.
Una forma concreta de manifestar esta devoción a la Virgen María ha sido y es la coronación canónica de las imágenes marianas, que se hace cuando, además de cumplirse los requisitos canónicos, al Obispo diocesano le parece pastoralmente oportuno. En nuestra diócesis están coronadas varias sagradas imágenes de la Virgen María, casi todas ellas de patronas de alguna población o de notable devoción popular. Con este rito de la coronación – dice el Ceremonial de Obispos (n. 1033) – “los fieles profesan que la bienaventurada Virgen, asunta al cielo en cuerpo y alma, con razón es tenida e invocada como Reina al ser la Madre y estar asociada a Cristo, el Rey del Universo, que son su sangre preciosa adquirió la herencia de todas las gentes”.
El próximo año 2005 se cumplirán los veinticinco años de la creación de nuestra Diócesis, motivo que me lleva a pedirle a toda la comunidad un esfuerzo de renovación espiritual y pastoral, para lo que preparo determinadas acciones y celebraciones que serán oportunamente avisadas. Pero quiero que todas ellas comiencen con un acto mariano de relevancia, porque quiero que todo el año jubilar esté especialmente puesto bajo el patrocinio de la Virgen María. Y cumpliéndose el día 8 de diciembre de 2004 un siglo y medio de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, he decidido que el año jubilar empiece en esa fiesta y se clausure en la misma del año siguiente. Y para resaltar de manera especial este comienzo del año jubilar y esta efeméride del 150º aniversario de la definición del dogma inmaculista, he tomado la decisión de coronar una imagen de la Virgen María que tenga precisamente este título de la Concepción.
Para ello he tenido especialmente en cuenta que además de conmemorarse el citado 150º aniversario del dogma inmaculista, la Virgen María en el misterio de su Inmaculada Concepción es la patrona de nuestra Diócesis. Nada impediría que se coronara la imagen de la Inmaculada que se venera en el presbiterio de la Iglesia Catedral, pero me ha parecido que tendría esta coronación más eco popular y alegraría a muchos fieles si eligiera la imagen de Nuestra Señora de la Concepción, no coronada canónicamente, y que es titular del SS. Cristo de la Exaltación y radica en la Parroquia de Nª Sª de las Viñas, un barrio populoso y que vibra todos los años en la procesión de esta sagrada imagen. Esta elección me ha sido sugerida por la Comisión encargada de redactar el programa de los actos del XXV Aniversario de la Diócesis, y posteriormente la he consultado con el Consejo del Presbiterio, al que escuché oportunamente, e igualmente ha sido consultada con el Rvdo. Sr. Cura Párroco de Nª Sª de las Viñas y con el Hermano Mayor de la citada Hermandad.
Así pues, en uso en las facultades que me competen como Obispo Diocesano, pensando solo en la mayor gloria de Dios, veneración de la Virgen María y bien espiritual de los fieles, por el presento Decreto vengo en disponer y dispongo:
1.- Que la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Concepción, de la Hermandad del SS. Cristo de la Exaltación, de la Parroquia de Nuestra Señora de las Viñas, de Jerez de la Frontera, sea coronada canónicamente como homenaje de la Diócesis a su Patrona, la Inmaculada Concepción, el día 8 de diciembre de 2004, 150º aniversario de la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
2.- Que esta coronación tenga lugar el dicho día en la Santa Iglesia Catedral, observándose en la ceremonia cuanto dispone el vigente Ritual de la Coronación de Imágenes de Nuestra Señora.
3.- Que de todo lo relativo a la misma se encarguen la Delegación Diocesana de Liturgia, el Excmo. Cabildo Catedral, la citada hermandad de la Exaltación, y la Comisión de la Religiosidad Popular que se crea en el seno de la Delegación para el XXV Aniversario de la Diócesis, que procederán en todo conforme a las directivas peculiares que oportunamente yo les dirigiré, y serán coordinados por mi Delegado para los actos del XXV Aniversario de la Diócesis.
En este año jubilar es mi intención no celebrar en la ciudad de Jerez otra coronación canónica de imagen mariana para que la unicidad de ésta sirva de relieve a su celebración.
Quiera el Señor bendecir esta iniciativa para honra de su Santísima Madre y provecho espiritual del pueblo de Dios. Y quieran todos – sacerdotes, religiosos y seglares – acoger esta iniciativa con el buen espíritu con que es decidida y celebrarla con fervor e intensidad religiosa.
Jerez de la Frontera, 1 de Enero de 2004, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios.
+ Juan del Río Martín
Obispo de Asidonia-Jerez