La Estación de Penitencia da carácter a nuestra Hermandad, siendo en cierto modo símbolo de la Iglesia peregrina en el mundo y constituye un mensaje de preparación para la Pascua. Es un valioso instrumento de evangelización y catequesis, no sólo de los Misterios de la Pasión, sino en su significado de reconciliación; supone un acto esencial y profundamente religioso comunitario de todos los hermanos unidos en el misterio que veneran. Dando así un testimonio público de Cristo como testigos de la Verdad.
Es la expresión externa y pública de la conversión interior que el pueblo ofrece al Señor, con toda la solemnidad de una súplica litúrgica, como signo de contestación en un mundo secularizado, evitando la desacralización de la sociedad que pierde alarmantemente el sentido de Dios, y sobrenaturalizando el ambiente. Es la exteriorización de una Protestación de Fe, manifestada y renovada cada año en el templo, con expresión plástica del mensaje evangélico de la Pasión de Jesús y de la compasión de María y al propio tiempo, expresión personal y colectiva de las enseñanzas de ese mensaje, propiciando el encuentro interpersonal de Dios y el hombre, ofreciendo un cauce renovado de oración de los hermanos y fieles, como un servicio a la actualización de la Fe y a la conversión y constituyéndose como genuina expresión y vivencia entrañable de la religiosidad popular.